RELATOS

1. La traición de Hameln, por Andrés Villegas.

2. El asesino fantasmal, por Manuel Valdepeñas.

3. Una noche de invierno, por Manuel Izquierdo.


LA TRAICIÓN DE HAMELN

  Era una mañana cálida en la ciudad perdida de Glutenia.
Allí era tiempo de guerra pero no una guerra como todas
Los aviones de la F.E.I sobrevolaban sus cielos lanzando grandes bombas con la intención de matar a todo el mundo y quedarse ellos con la ciudad. Había muy pocos policías ya que en esos tiempos estaban casi todos de vacaciones.
Los miembros de la F.E.I (federación de enemigos ingleses) tuvieron una grandiosa idea que fue lanzar una bomba a su bandera para que a si se cayera y matara a todos los policías ya que todos estaban detrás de la bandera. Así lo hicieron todos los policías fallecieron
Y todas las personas corrían de un lado para otro buscando algún refugio bueno que les protegiera de las bombas que los enemigos estaban lanzando.
La mayoría de la gente se escondía en recintos cerrados aunque no tardaban mucho en morir tras ser alcanzados por bombas. Tras diez años el caso se volvió a abrir y… al parecer uno de los policías estaba vivo, algo muy raro ya que el pueblo había sido abandonado y nadie vivía allí
Como no es de extrañar los jueces de la ciudad donde ahora residía lo interrogaron y claro como en todas salas de interrogatorio debe de haber testigos.
Rato después interrogaron a los testigos y todos sacaron en común que días después de la tragedia, Hameln que a si se llamaba el policía estaba muy contento en su casa muy raro en alguien cuando días antes has perdido a toda tu familia. Hameln dijo a los jueces que esos momentos de guerra era muy angustiosos para la gente, entonces fue cuando uno de los jueces le pregunto que donde se escondió el para que ninguna de las bombas que habían lanzado los enemigos no le hubiese dado.
Y el mismo reconoció que se había escondido en un lugar secreto que solo el y los de la F.E.I sabían.
La pregunta de todos los jueces fue que- si solo lo sabían ellos y tu es porque pertenecias a su grupo. En esos momentos Hameln quedó detenido por estafa y traición a sus compañeros policías que desgraciadamente en paz descansen.
Hameln pasaría el resto de su vida en prisión pero… todavía se podía librar según algunos jueces… .
Le propusieron que lo soltaban de prisión si el les decía donde vivían cada uno de los miembros de la F.E.I ya que finalmente Hameln era uno de ellos.
Hameln lo aceptó y les dijo la dirección de cada uno de los miembros de los enemigos ingleses, ahora eran los enemigos ingleses los que quedaban detenidos por matar a más de un centenar de personas ( por no decir un pueblo entero ) Hameln por fin era libre y fue en un momento determinado cuando se empezó a acordar de toda su familia.
Helmón era su padre con el que pasaba muy buenos momentos y al que le gustaba mucho la sopa, - cuando no comía sopa no era una persona normal decía Hameln.
Lehmann era su hermana a la que quería mucho aunque estaban casi todo el día paleándose, no era solamente su hermana si no su gemela, eran totalmente iguales : Tenían lo mismos gustos, les gustaba la misma comida, les gustaba el mismo color, de pequeños iban vestidos iguales
Entonces … ¿ Por qué se peleaban ? – Supongo que eran cosas de hermanos decía Hameln.
Ya había pasado 8 años después de que Hameln hubiera sido sacado de la cárcel y el ya era un chico feliz con 38 años, casado, y tenía 3 hijos con una hermosa mujer llamada halmena .
La ciudad de Glutenia se había reconfortado y mucha gente vivía allí después de lo sucedido.



EL ASESINO FANTASMAL


Lunes 15 de Enero de 2068, Laboratorio de la CIA, 17:30. Hora crítica. ¿Por qué es hora crítica? Lo explicaré aquí… Todo comenzó en la sala de mutaciones genéticas y clonaciones. Los científicos intentaban crear un robot que hiciera las tareas domésticas, la mala suerte ocurrió entonces. Uno de ellos se tropezó con un trozo de metal y empujó al robot (medio hecho) a la máquina de clonaciones. Por accidente, aquel pobre hombre también entró dentro. Varios minutos pasaron. Montones de humo salieron de la máquina y aquel extraño robot salió. Era un cuerpo de metal con una máscara aterradora y sentimientos humanos. Al principio, no sabía qué hacía allí, tampoco sabía qué le había pasado. Tenía amnesia. Los demás científicos le dijeron:
-Sólo somos un grupo de científicos que trabajan contigo. No te vamos a hacer daño.
El androide robótico se tranquilizó. Todos se tranquilizaron. Entonces, uno de los científicos continuó la explicación:
-Te hemos creado para que realices tareas domésticas para que los seres humanos puedan pasar días tranquilos, sin tener que quitar mugre ni porquería. Eres el modelo QBZ-95.
“QBZ-95” interrumpió la explicación:
-¿Con que soy una máquina de limpieza?
-Sí.
-Pues eso no me gusta. ¿Tengo otra función?
-Pues… Creo que no.
-En fin… Habrá que aguantarse con esto…
Los demás se quedaron tranquilos, cuando el modelo QBZ-95 habló de nuevo:
-... ¡O también puedo mataros hasta que no me digáis otra de mis funciones!
Hubo un momento de silencio. Un largo momento de silencio. Uno salió corriendo de allí despavorido. Alguien le habló para tranquilizarle:
-Eh… Tienes otra función.
-¡Dime cuál!
-Mmmm… ¿La de irte de aquí lo antes posible?
-Tampoco me gusta. Así que ahora te mataré.
Cogió un trozo de metal y se lo clavó. 1 asesinato.
-¿Alguien más quiere decirme otra función?
-No, no, no…
-Me parece perfecto. Ya podéis ir yéndoos de aquí si no queréis sufrir más daño.
Todos salieron de allí para contarles a los reporteros, la policía y el ejército lo que había ocurrido.
-Muy bien. Se han ido. Miraré lo que tienen por aquí.
Después de un paseo por los laboratorios, vio algo que le sorprendió. ¡Un aparato para hacerse parcialmente invisible! Quiso hacerse con él.
-Maldición, hay un guardia. Pero tengo algo con lo que defenderme. ¡Un duro trozo de metal!
Retrocedió y se metió por el conducto de ventilación. Continuó y llegó a un puente colgado en el techo de la sala del dicho aparato. Cayó detrás del guardia y cogió el aparato. Se lo puso en el pecho, y justo 3 segundos después, una alarma sonó. Corrió todo lo que pudo y se escondió detrás de una caja.
-Bueno, aparatito. ¡Hazme invisible!
Y lo hizo. Todos los guardias lo buscaban y sin querer, una caja se abrió de repente. Todos apuntaron a la caja, pero no vieron nada ni a nadie. Siguieron vigilando. Sin que nadie se diera cuenta, el fantasma se metió dentro de la caja abierta. Vio montones de armas blancas (cuchillos, hachas, katanas…) y optó por el hacha. Mientras veía un monótono paseo de los guardias, QBZ-95 vio un túnel por el suelo. Entró y llegó a unas ruinas subterráneas. No sufrió daño, pues cayó en un río.
-Espero que no se hayan dado cuenta de que he salido… Por cierto, que bonito paisaje.
Miró hacia arriba y se dijo:
-Me dejé el túnel abierto sin querer. ¡Ah, tengo una idea! Puedo escalar por la pared, subir al laboratorio y plantar una bomba. De este modo, liquidaré a los guardias e interrumpiré el paso hacia estas ruinas. Mientras plantaba la bomba, oyó algo como un respiro. Luego fueron 2, 3, ¡4! Miró hacia abajo (a las ruinas) y vio a 5 marines del ejército y 10 policías (todos armados) ocultándose en paredes.
-¿Es que nunca me dejarán en paz?
¡La bomba seguía plantada! Faltaba medio minuto para que explotara.
-¿Dónde voy, dónde, dónde, dónde?
20 segundos.
-En fin, me tiraré con los 15 soldados de abajo.
Esta vez no cayó en el río, cayó en el propio suelo.
5 segundos. 4, 3, 2, 1…
La bomba explotó, los guardias del laboratorio fallecieron y el túnel fue atrancado. Los 15 humanos armados apuntaron al túnel tapado.
-Bien, esta es mi oportunidad. Mientras se distraen los liquidaré.
Silenciosamente, fue matando a los 10 policías en 15 segundos, y aunque no lo parezca, los 5 marines estaban asustados.
-¿Quién hay ahí? -dijo uno de ellos- ¡Tengo un arma!
El fantasma se tiró al río y buceó. Observó a dos marines de espaldas y los empujó al río, con la intención de ahogarlos. Todavía en el agua, el fantasma vio a otro de los soldados. Cogió su hacha y le hizo una raja al arma del ser humano. Como no funcionaba, el marine corrió. QBZ-95 (el fantasma, como se comentó antes) salió del agua y cogió al marine de la espalda. Quedaban tres marines (el que tenía agarrado, uno encima del puente y otro debajo). El fantasma pensó:
-Si tiro este soldadito al puente, empujaré al que está encima. Luego, el puente caerá (era inestable) y el de abajo quedará inconsciente con los escombros. ¡Es un plan perfecto!
Lo llevó a cabo, pero uno no quedó inconsciente. Le dijo con enfado:
-¿Has visto lo que he hecho con tus amigos? Si hubiera calculado mejor mi tiro, te habría dado. Sólo quería dejarte sin sentido, pero no; vemos que habrá que hacerlo por las malas.
Sin más preámbulos, sacó su hacha y haciéndose el chulito, intentó clavárselo al soldado con los ojos cerrados. El hacha quedó clavada en el suelo y el marine salió corriendo.
-¡Vuelve aquí! ¡Creo que hay una salida secreta, pero te mataré antes de que vayas por ella!
Al aparato de invisibilidad se le acabaron las pilas y volvió a ser visible. Tras una larga persecución por las galerías subterráneas, el marine llego a un volcán. Subieron los dos, pero QBZ-95 (ya visible) con su agilidad llegó antes que el humano. Le dijo en tono amenazador:
-Perfecto, mi plan se ha llevado a cabo. Te tengo acorralado y hay lava bajo tus pies. ¿Qué te gusta más: ser quemado en lava o tener 400 moratones en la cara (tenía el hacha clavada en el suelo)?
-Los moratones. Pero, y a ti ¿qué te gusta más: 70 años de cárcel o ser quemado en lava?
-¿Qué? ¡A mí nadie me encarcela!
El marine le pegó una patada hacia atrás para distraerlo y…
¡Aparecieron los científicos vivos, los reporteros, el resto del ejército y el cuerpo de policía en el cráter del volcán!
Encarcelaron a QBZ-95 en la cárcel de mayor seguridad del país y pasaron 70 años hasta que fue liberado.
-¡Juro que me vengaré! ¡Lo juro!


UNA NOCHE DE INVIERNO

Una noche de invierno, de mucho viento, mucha lluvia y muchos relámpagos y truenos, serian alrededor de las diez y media de la noche.
Estaba todo en silencio, solo se escuchaba la tormenta, me acurruqué entre las sabanas de mi cama porque a mí me da mucho miedo estas noches.
Al cabo de veinte minutos dando vueltas en la cama conseguí dormirme, pero la tormenta siguió, (parecía que no iba a tener fin).
En mitad de la noche escuché un fuerte ruido. Me desperté asustado sin saber qué hacer ni qué decir, salí de mi habitación y pregunté a mi madre y a mi hermano si ellos habían escuchado lo mismo que yo.
Me dijeron que nada había pasado, que me fuese a la cama a dormir tranquilo, que tal vez fuese alguna pesadilla.
Hice caso, pero no me sentía seguro sabiendo que algo o alguien andaba por dentro de mi casa.
Me levanté asustado y con precaución encendí luces y fui andando sigilosamente hasta el lugar donde yo creí haber escuchado esos ruidos tan extraños.
Todo era muy raro, mi perra dormía tranquilamente, todo estaba tal y como lo habíamos dejado antes de irnos a dormir.
Finalmente pensé que hubiera sido una pesadilla.
Eran alrededor de las cinco y media de la madrugada. Me fui a la cama pero no logre dormir. Estaba nervioso, inquieto y muy preocupado.
Sonó el despertador a las siete y media de la mañana, la tormenta había parado, mi madre estaba en la cocina preparando el bocadillo, mientras, yo me vestí y me lavé la cara.
Desayunamos juntos, no hablamos de nada, parecía muy extraño porque mi madre es persona de hablar mucho, pero esa mañana no me habló ni una palabra. Quizás estaría enferma o tendría alguna preocupación, pero yo no le di mucha importancia.
Era la hora de ir al instituto, las ocho de la mañana. Llegué dormido como casi todas las mañanas pero aquella mañana fue peor.
Entré en clase, el profesor notó que estaba raro y me preguntó si pasaba algo.
Le conté todo lo sucedido, él tampoco le dio mucha importancia aunque creo que tal vez era para tranquilizarme. Estuve toda la mañana preocupadísimo por lo sucedido aquella noche.
Sonó el timbre del final de las clases, eran las dos y veinte. Salí por la puerta del instituto a toda prisa para saber si algo había ocurrido.
Llegué a mi casa cansado, llamé al timbre pero nadie abría la puerta. Aún mas preocupado llamé al móvil de mi madre, lo tenía apagado.
Decidí llamar a algún familiar para que me ayudase a buscar a mi madre.
Al fin contacté con mi tío, no me dio una gran ayuda, solamente me dijo que fuese a su casa, que esperaríamos noticias.
Pasaron las horas lentamente, yo no podía estar en aquel lugar, me desesperaba.
Debería hacer algo. Volví a mi casa, nuevamente nadie abrió, llamé al vecino que era de confianza, tenía una copia de la llave de mi casa. Me dio la llave, se decidió a entrar conmigo.
Finalmente después de unos forcejeos con la cerradura, abrimos la puerta, mi casa era completamente desconocida, todo tirado por el suelo, todas las cosas rotas, ni rastro de mi madre y de mi hermano.
Curiosamente mi perra seguía durmiendo en su jaula, tan tranquila. Busqué por todos lados algunas pistas que me ayudaran a dar con el paradero de mi familia.
No había nada, ni una señal, ni una nota donde dijeran algo. Completamente desesperado me eché al suelo a llorar.